En
aquella época solíamos ir al paseo de la ría y, bien solas o bien
acompañadas, parábamos en la cantina.
Desde
allí, como veis, buenas vistas del centro Niemeyer.
Por
si os lo preguntáis, aún vamos a la ría, pero la cantina ha
cambiado tanto de dueños que ya no se sabe qué vende, y no paramos,
la verdad...
Niamh
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