Unos
pocos años antes, cuando aún no existían los bazares chinos y casi
todos se llamaban Cadena 100 (o Todo a Cien (pesetas)), yo me
encapriché de éste cuadro.
No
es especialmente bonito y dudo de su calidad artística, pero a mí
me gustó, quizá porque me recordaba a una foto mía de pequeña...
¡Qué sé yo, rara que es una!
Tiempo
después, en el famoso Cuarto Milenio, supe de la leyenda de un
pintor llamado Bruno Amadio que tenía por costumbre, parece ser,
pintar niños llorosos.
El
caso es que, según parece, estos cuadros estaban malditos y la casa
que tenía uno de ellos resultaba afectada por todo tipo de
catástrofes: incendios, muertes, mala suerte de sus poseedores en
general...
En
mi caso, tengo que decir que no nos ha pasado nada reseñable o que
pueda ser achacado a la posesión del cuadro; pero claro, el mío no
será un original, sino una de las múltiples copias que se hicieron
y que fueron muy populares en toda España.
Niamh
Os
dejo unos enlaces para sepáis más sobre el pintor y sus cuadros (y
maldiciones):
No hay comentarios:
Publicar un comentario